En comunidades de vecinos, los porteros automáticos y videoporteros son equipos imprescindibles para controlar las entradas al recinto desde la comodidad y seguridad de cada domicilio. Comodidad porque no es necesario ir hasta la puerta para permitir el acceso a cualquier persona que quiera entrar, y seguridad porque podemos verificar la identidad de los visitantes antes de permitir la entrada.
Hace unos años los dispositivos más empleados eran los porteros automáticos, que básicamente eran telefonillos conectados a un interfono junto a la puerta exterior, a través de los cuales se podía hablar con la persona que estaba llamando, así como abrir la puerta. Sin embargo, en la actualidad muchas comunidades están montando porteros automáticos con cámara, lo que añade un plus de funcionalidad gracias a que permite a los usuarios ver a la persona que se encuentra fuera.
En caso de que una comunidad esté interesada en la instalación de un videoportero, y tal como especifica el apartado 17.3 de la Ley de Propiedad Horizontal, al tratarse del establecimiento de un servicio de portería, es necesario el voto a favor de tres quintas partes del total de los propietarios.
El hecho de que estos dispositivos cuenten con cámaras puede suscitar muchas dudas respecto al uso que se le puede dar. Sin embargo la Agencia Española de Protección de Datos especifica mediante la resolución R/02130/2012 que las cámaras de estos equipos solo pueden ser utilizadas por los propietarios de las viviendas de la comunidad, y con el único fin de usarlo como videoportero, y nunca para tareas de videovigilancia ni captación de imágenes.
Los requisitos mínimos para que un videoportero ofrezca un buen resultado son muy sencillos:
- Que garanticen una buena calidad de vídeo y audio, permitiendo una buena comunicación entre el propietario y la persona que se encuentra fuera. Además debe contar con buena iluminación de las teclas y una fácil identificación de las distintas viviendas.
- Que esté fabricado en materiales de calidad, es decir, que la cámara exterior soporte bien las condiciones climáticas, capaz de soportar el viento, la lluvia, el polvo y en definitiva todas las inclemencias a las que puede verse sometido. Además, dependiendo del tipo de instalación y los materiales puede ser antivandálico, lo que le asegura protección frente a múltiples actos vandálicos.
Existen multitud de modelos de videoporteros, y cada uno de ellos se adapta a una comunidad. A grandes rasgos podemos distinguir entre 2 grupos: el primero es para comunidades pequeñas, de hasta 20 propiedades. Para estas normalmente se instalan videoporteros con teclas independientes para cada propiedad. A partir de esa cantidad, es más recomendable instalar un equipo con un teclado numérico que admita combinaciones para evitar contar con un número excesivo de botones.
La tecnología que pueden usar los videoporteros es muy variada y la elección depende de las características de cada lugar. Estos porteros con cámara pueden ser de 2 hilos, IP o Wi-Fi, cada uno con sus ventajas propias, por lo que es mejor informarse correctamente antes de instalar cualquiera de ellos.
La instalación de estos equipos corre a cargo de la comunidad. En el caso de mantenimiento o reparaciones hay que ver exactamente dónde está la avería: si la avería se encuentra en alguna zona común, es la propia comunidad la encargada de la reparación. Sin embargo, en caso de que sea dentro de una de las viviendas de la comunidad (normalmente será el telefonillo y el timbre si lo tiene aparte) es el propietario de la misma el encargado de su reparación. En caso de que dicha vivienda esté arrendada a un tercero, éste solo tendría que hacerse cargo en caso de que se hubiese hecho un mal uso, si la avería es causada por otra razón, es el propietario el que tendría que hacerse cargo del arreglo.
Existe una gran cantidad de videoporteros distintos que pueden adaptarse a una infinidad de inmuebles. Si quieres más información o hablar directamente con un experto, llámanos al 954 18 66 32 o escríbenos un WhatsApp al 672 182 492.