Todos queremos tener la tranquilidad de que nuestra casa está a salvo cuando cerramos la puerta, y para eso, lo mejor que podemos hacer es colocar un buen sistema de alarma que nos permita disfrutar de un buen café o de una buena charla con amigos en un bar o de una buena película en el cine, y por supuesto de unas merecidas vacaciones.
Colocar una alarma en casa hará que los ladrones busquen otro objetivo que no seas tú, pero, ante la gran variedad de alarmas que existen, ¿cómo saber por cuál decidirte?
Principalmente existen dos tipos de sistemas, los que se conectan a una Central Receptora de Alarmas y los que no. Estos últimos también son conocidos como alarmas en propiedad o sin cuotas.
La principal diferencia entre ellos es que en los primeros, la alarma está conectada a una central que recibe el aviso, mientras que en las alarmas en propiedad, el aviso lo recibe el usuario, sin esperas y de forma inmediata.
Esta es una de las ventajas de las alarmas sin cuotas: cuando una central receptora recibe un aviso, lo primero que tiene que hacer es verificar que es cierto, para lo que tiene que enviar a una persona que lo certifique y una vez hecho es cuando se ponen en contacto con el propietario. El problema es que el vigilante no puede entrar en un domicilio sin permiso, por lo que en caso de que la persona no se encuentre en casa, tendrá que esperar. Sin embargo, en el caso de las alarmas sin cuotas, el aviso lo recibe directamente en cuestión de segundos el propietario de la vivienda o negocio mediante una llamada o un SMS, lo que supone un ahorro de tiempo considerable a la hora de actuar.
Unos segundos pueden marcar la diferencia.
Las alarmas en propiedad son equipos muy fáciles de montar para cualquier persona sin necesidad de acudir a instaladores profesionales. Nuestras alarmas se colocan en cuestión de minutos y además, tienes el control total de tu equipo desde el minuto 1, al poder configurarlo por completo: notificaciones, usuarios, permisos, sensores…todo ello sin tener que recurrir a ninguna empresa.
Con las alarmas sin cuotas tú mandas en tu equipo
Pero la cuestión no termina aquí. Si tenemos en cuenta que las empresas que instalan alarmas conectadas suelen cobrar una cuota mensual de entre 35 y 60 euros, la cantidad que pagas al año es muy superior al coste que tiene una alarma en propiedad, cuyo precio es lo único que pagas al comprarla. El ahorro es considerable.
No pagar una cuota no implica que tu sistema de alarma sea menos fiable, al contrario. Piensa que con una alarma de estas características puedes obtener mucha más información que de una alarma conectada. Tú controlas cada uno de los elementos del sistema, mientras que en una alarma conectada solo tienes la información que te proporciona la empresa. La cuestión no es pagar o no pagar mensualmente, sino que tu alarma cumpla con lo que tú necesitas.
Igualmente, las alarmas sin cuotas se pueden ampliar con sensores, detectores o sirenas disuasorias para hacerla mucho más completa y para aumentar la confianza de que tu casa está protegida.
Es fundamental que a la hora de elegir una buena alarma para tu casa, tengas a tu disposición un equipo experto que sea capaz de responder a todas tus dudas y preguntas y que te asesore de forma profesional, así como que pueda ofrecerte el soporte que necesites.